Katy Perry en un Viaje de 11 minutos: Cortesía de un Billonario con Complejo de Girlboss
- morrasmag
- hace 2 días
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Seis mujeres "súper famosas" o al menos reconocidas en sus campos fueron elegidas para subirse a un cohete con forma desafortunadamente fálica, en una misión de Blue Origin. ¿Pero por qué? Todo este show mediático usó la fachada del feminismo para disfrazar lo que en realidad fue una "aventura" sin sentido ni propósito. ¿Aportó algo a la ciencia? No. ¿Ayudó a que Katy Perry conectara con el “Divino Femenino” mientras promocionaba su tour? Tristemente, sí.

El pasado lunes, Jeff Bezos, CEO de Amazon y ex “wife guy” estuvo presente en el lanzamiento del nuevo cohete de Blue Orbit, el New Glenn. Bezos fue acompañado de otras “celebridades” como Khloe Kardashian, Kris Jenner y Oprah, quien lloró mientras despedía a su BFF, la periodista Gayle King.
Mostraron un tipo de autoimportancia y poca autocrítica que solo los ultramillonarios o quienes giran en su órbita pueden tener.
Y no, el cohete ni siquiera orbitó la Tierra. Fue un viaje de literalmente 11 minutos. Blue Origin no ha publicado el precio completo de los boletos, pero se necesita un depósito de $150,000 dólares solo para apartar lugar. No es el mejor look durante estos tiempos donde la economía global está colgando de un hilo, el autoritarismo va al alza, y a muchísima gente alrededor del mundo apenas le alcanza para sobrevivir.

Que los ultrarricos tiren el dinero no es ninguna novedad, pero vender este circo como un triunfo feminista… ahí sí muchas sentimos náuseas. ¿Amazon es un lugar seguro para que trabajen mujeres? ¿Acaso están exentas de las condiciones laborales peligrosas que permiten que las ganancias de Bezos se vayan al cielo (sí, chiste intencional)? No puedo con esto. Todo el show —trajes pegaditos medio abiertos, peinados y maquillaje profesional— se siente igual de falso y ridículamente capitalista que esa escena de Marvel donde todas las mujeres super heroínas llegan en Infinity War.
Bezos, Musk y Branson están en una competencia patética de quién tiene el cohete más grande, y Bezos fue el primero en usar mujeres como sus fichas de ajedrez. No necesitas ser ingeniero aeroespacial para saber que el turismo espacial no es precisamente ecológico. El nuevo cohete de Blue Origin usa oxígeno líquido, metano líquido y hidrógeno líquido. Dicen que “no emite carbono”, pero sí vapor de agua —que igual es un gas de efecto invernadero— y no debería estar en las capas altas de la atmósfera. Según expertos, esta nueva carrera espacial representa una amenaza para la capa de ozono. Además, científicas como Eloise Marais, profesora asociada de geografía física en University College London, dicen que deberíamos cambiar la forma en la que hablamos sobre la contaminación causada por los cohetes. Para que te des una idea: los aviones contaminan en la troposfera y en la parte baja de la estratósfera, pero los cohetes liberan contaminantes desde la superficie de la Tierra hasta la mesosfera. Y cuando la contaminación llega a esas capas tan altas, dura mucho más que la de fuentes terrestres.
Hay una pasajera entre la tripulación que sí merece toda nuestra atención. Amanda Nguyen es científica en investigación de bioastronáutica, nominada al Premio Nobel de la Paz y activista detrás de la Ley de Derechos para Sobrevivientes de Agresión Sexual. Su lugar a bordo del New Glenn fue parcialmente patrocinado por Space for Humanity, una organización sin fines de lucro cuya misión es “ampliar el acceso al espacio para toda la humanidad”. Durante su tiempo en el espacio, Amanda no fue a hacer promoción personal, sino a llevar a cabo investigaciones científicas, incluyendo un experimento sobre la salud femenina en microgravedad. Puedes visitar Space for Humanity para saber más.

Nguyen ahora es la primera mujer vietnamita y del sudeste asiático en viajar al espacio. Al regresar a la Tierra, dijo: “Quiero que sepas que tu sueño puede hacerse realidad. Quiero que todos los sobrevivientes, o cualquier persona que alguna vez haya tenido que poner en pausa un sueño, sepan que sí se puede lograr”.
Aunque lo que ha logrado Nguyen y su historia son profundamente inspiradores, es una lástima que los viajes y la investigación espacial estén ahora tan ligados a esta ridícula competencia entre multimillonarios jugando a ver quién tiene el cohete más grande. Científicos y astronautas reales como Amanda merecen mejores aliados. Además, a diferencia de lo que predica el feminismo pop "girlboss", sí es posible criticar a mujeres, señalar contradicciones e hipocresías, y aun así ser feminista.
El capitalismo moderno te roba mientras te convierte en el producto.
Este lanzamiento fue posible gracias al éxito de Amazon, que a su vez ha destrozado al planeta. En 2023, Amazon emitió más de 68 millones de toneladas de CO₂ (¡más que muchos países!). Esto se debe a sus barcos, aviones, camiones y a sus mega centros de datos. Estos centros, necesarios para la inteligencia artificial, consumen energía brutal y Amazon ha invertido más de 150 mil millones en ellos.
Y ahora pretenden vendernos este circo como un logro feminista... ¿Neta? ¿Qué hacen Katy Perry, Lauren Sánchez y Gayle King ocupando espacio en el espacio? Mientras tanto, en EE.UU., bajo presión del gobierno de Trump, se están eliminando programas y materiales de diversidad e inclusión. En marzo, la NASA cerró oficialmente su oficina de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) tras la orden ejecutiva del presidente Trump. Neela Rajendra, quien dirigía los programas de diversidad de la agencia, fue despedida la semana pasada, según se informa, después de que previamente se le cambiara su puesto oficial.

No sólo es eso, si no también borraron de la web de la NASA la novela gráfica First Woman, donde una comandante latina lidera una misión lunar diversa y emocionante.

La misión Artemis de la NASA tiene como objetivo expandir nuestro entendimiento de la Luna a través de “descubrimiento científico, avance tecnológico y aprender cómo vivir y trabajar en otro mundo mientras nos preparamos para misiones humanas a Marte.” Pero hay una gran parte de esa misión que, misteriosamente, ya no aparece por ningún lado. Antes, su mandato publico incluía explícitamente el objetivo de “llevar a la primera mujer y a la primera persona de color a la Luna.” Tristemente, ese objetivo parece haber desaparecido.

Si eres fan de la mitología griega como yo, seguro esto te da aún más coraje, porque Artemisa — la diosa que da nombre a la misión— es la diosa de la caza, la castidad y la Luna, y literalmente le pidió a su papá Zeus que la dejara vivir en paz con sus ninfas, sin hombres cerca.
Pero no te preocupes, que en el mundo de Bezos y Trump, las mujeres sí pueden ir al espacio… siempre y cuando usen trajes súper ajustados que ellos aprueben y mientras las verdaderas astronautas quedan hechas a un lado.
Esto me recordó al segundo episodio de Futurama. En ese capítulo, Fry va súper emocionado a la Luna, solo para descubrir que se ha convertido en una triste y capitalista trampa turística tipo Disney. Y no solo eso, sino que la historia ha sido simplificada hasta convertirse en un producto vendible y vacío.

El turismo espacial es solo para los ultramillonarios, y este show barato logro ó quitar todo lo majestuoso al viaje espacial. Ir al espacio debería ser sobre descubrimiento, conocimiento y avanzar como humanidad, no sobre influencers y marketing. Tal vez este viaje causó tanto rechazo porque pensamos que el feminismo de Girl Boss ya había quedado atrás. Pero el feminismo no se trata de que “las mujeres hagan cosas”, se trata de romper estructuras patriarcales, ser interseccional, consciente de clase, y definitivamente no implica lanzar a unas cuantas celebridades al espacio por menos tiempo del que dura un episodio de Black Mirror.
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